El correcto mantenimiento de la red de alcantarillado de las distintas ciudades resulta imprescindible para evitar problemas sanitarios a largo plazo, ayudando a que tanto las aguas pluviales como residuales circulen con normalidad. Un correcto mantenimiento de las mismas evita, por ejemplo, la obstrucción de las tuberías y, en consecuencia, posibles inundaciones en caso de lluvias, la emisión de olores procedentes de sumideros o imbornales o la proliferación de plagas de insectos o roedores.